Seguimos diciendo... “ me voy a un curso ”, ¿un curso?, cada vez me resulta más plastificada esa palabra. Uno de los mayores cambios que ha sufrido la formación continua en estos últimos años ha sido el formato de los “cursos”, realmente han cambiado tanto que han dejado de serlo, para convertirse realmente en lo que es necesario: una intervención formativa, una acción encaminada a lograr un cambio en el participante. Cuando comencé a trabajar en formación, antes incluso del auge del Forcem, impartíamos cursos: acciones formativas guiadas por un programa cerrado , con unos objetivos fijados desde los expertos pedagógicos y con una idea de estandarización de la formación (a todos por igual). En los años 90 vivimos un importante cambio en la oferta de formación, orientada a necesidades , con modelos como la Pedagogía Contractual por Objetivos , en la que se daban la mano las necesidades formativas de la organización, de los individuos y la visión del experto. Lle...