Yo cambio. Una pequeña guía para nuestros cambios cotidianos
El cambio es una constante inevitable en la vida. Sin embargo, todos mostramos distintas formas de resistencia y gestionarlo a nivel personal puede ser un gran reto.
Ya sea un cambio de trabajo, una mudanza, una
ruptura o incluso un cambio de mentalidad, pueden llevarse gran parte de
nuestra energía, aunque también nos hacen más flexibles a los cambios que
vendrán.
Dentro de cada uno de nosotros existe un gran potencial de cambio, de transformación y de crecimiento.
1. ¿Por qué cambiar?
Todo comienza por el reconocimiento de la necesidad.
Necesitamos muchos cambios en nuestra vida, pero este proceso de transformación
comienza con un momento de claridad. A veces la sensación de no avanzar, un
evento que sacude tus creencias o simplemente una intuición interna, es lo que
te hace tomar conciencia de tu necesidad de cambio. Escuchar esa voz es el
primer paso hacia la evolución personal.
2. ¿Qué me pasa?
Cambiar conlleva emociones de las que muchas veces no somos
conscientes, la incertidumbre y, muchas veces el miedo, nos acompañan durante
los procesos de cambio, incluso aquellos que son bien recibidos y deseados. Es
natural sentir ansiedad, tristeza o duda. Reconocer nuestras emociones sin
evitarlas, enfrentándose a ellas y aceptando que estén ahí, es clave para
avanzar con coherencia.
3. ¿Qué quiero realmente?
¿Cuál es tu meta tras el cambio?, ¿qué quieres que pase?,
esto a veces no es tan fácil y nos podemos debatir entre dos visiones o más de
lo que queremos. Establecer una visión clara y alineada con tus valores te dará
dirección y empuje. No se trata de controlar el resultado, sino de orientarte
con intención a lo que realmente quieres que pase.
4. ¿Cómo lo hago?
No todo está en nuestra mano, hay cosas que no podemos
cambiar y debemos aceptar que es así, pero también hay que tener la suficiente
valentía para enfrentarse a aquello que si podemos cambiar.
Debemos ser poco ambiciosos en la elaboración de nuestro
plan para el cambio. Crear un plan con pasos pequeños y realistas te ayuda a
reducir el caos interno. Cada acción cuenta, por más mínima que parezca.
5. ¿Quién me ayuda?
El cambio no tiene que vivirse en soledad. Es importante apoyarse en familiares, amigos, un coach o incluso un terapeuta pueden ser pilares esenciales que aporten perspectiva y aliento.
Los procesos de cambio no son previsibles ni siguen una
línea recta. Habrá avances y retrocesos, momentos de lucidez y otros de duda.
Cultivar la autocompasión te permitirá sostenerte durante todo el camino.
Comentarios
Publicar un comentario