Si hoy le preguntásemos a los empresarios qué es lo que
temen posiblemente nos darían respuestas similares a las que se han dado
siempre: a los precios, a la competencia, a no ser capaces de retener el
talento…. Pero si enmarcamos la pregunta en un contexto de coaching que nos
permita acceder a la respuesta real, posiblemente la mayoría llegarían a
descubrir que lo que más temen es la incertidumbre.
Necesitamos patrones, modelos e informaciones que nos ayuden
a predecir lo que ocurrirá mañana, la semana próxima, el año que viene. Hoy día
tenemos gran cantidad de información en nuestra mano, parece que la
incertidumbre se ha reducido. Yo puedo saber qué tiempo hará esta tarde,
mañana…con solo mirar el móvil. Recuerdo cuando todos los años mi padre
compraba el Calendario Zaragozano (“la luna nueva de abril traerá tiempo
revuelto y vientos por el sur”), un inestimable predictor para las gentes del
campo, más allá de sus propias estimaciones de saber popular (“Cielo empedrao suelo mojao”)
El ser humano lleva milenios jugando a la predicción desde
los Idus de Marzo al I Ching, el tarot hasta las Técnicas de Predicción no
Casual de nuestros días. En nuestra lucha por la incertidumbre andamos ideando
herramientas (a veces puramente intuitivas) que nos permitan reducir el vértigo
para poder aventurarnos en la toma de decisiones.
Pero olvidamos que en el ser humano aún habita un cerebro reptiliano,
preocupado exclusivamente por su supervivencia, que no sabe de cálculos ni
predicciones y que reacciona cual fiera en peligro a medida que aumenta la
incertidumbre. La única decisión que cabe ante lo desconocido es la decisión a
corto plazo, urgente, reacción no medida y absolutamente teñida de emociones,
principalmente de miedo.
La predicción frente a la incertidumbre
La incertidumbre tiene más que ver con lo que ocurre dentro
de nosotros que con los cambios a los que la vida ya nos debía haber habituado.
El ser humano siempre ha tenido que desenvolverse en
entornos poco previsibles, pero siempre se las ha arreglado para aunar su
capacidad de observación del entorno con su intuición e idear formas más o
menos elaboradas de predecir lo acontecimientos de diferente índole, desde la
posibilidad de lluvia, un eclipse, un buen momento para la siembra, un buen
momento para invertir en acciones de determinada empresa…
Pero si hay algo que desbarata los sistemas de predicción
son las catástrofes, los acontecimientos altamente inesperados y principalmente
los que nos exponen al miedo.
El entorno VUCA
Desde el trágico atentado del 11-S, se ha venido produciendo
en el entorno social una creciente
sensación de vulnerabilidad, el entorno VUCA, un concepto acuñado en el seno
del ejercito de los Estados Unidos en los años 90 para preparar a situaciones
caracterizadas por la Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambiügedad ,
(Volatility, Uncertainly, Complexity, Ambiguity).
El entorno empresarial y económico es cada vez más
impredecible. Si hace 20 años hablábamos de la aceleración de los ciclos de las
crisis, y hace 10 años hablábamos de la complejidad de las crisis sistémicas,
hoy día sumamos la dificultad de predecir de acuerdo a las variables que
habitualmente hemos usado para ello.
Nathan Bennet y James Lemoine, de la Escuela de Negocios del
Instituto Tecnológico de Georgia, elaboran un modelo para facilitar un mayor
entendimiento y una visión de las nuevas variables que configuran el entorno
VUCA.
El liderazgo en un mundo VUCA, es un modelo implantado hoy
día en grandes empresas y seguido por directivos y experiencias de éxito. Su
desarrollo implica poner énfasis en la CONCIENCIA y la PREPARACIÓN.
- Conciencia de lo que ocurre alrededor y del lugar que uno
ocupa, de las repercusiones de los sucesos en nuestros objetivos y de la forma
en que nuestros actos afectan en el entorno.
- Preparación para adaptarse a cualquier imprevisto, es
imposible saber todo lo que pueda pasar pero si se puede saber casi todo, un
buen nivel de preparación mental para reaccionar de manera controlada y para
poder resistir las situaciones de tensión.
Han pasado más de 15 años desde que se comenzó a hablar del
entorno VUCA , sin embargo seguimos sucumbiendo a la incertidumbre, si echamos
la vista atrás y hacemos balance de las personas y empresas que mejor han
resistido a este entorno impredecible y vertiginosamente cambiante,
observaremos que tienen en común que disfrutan de ello.
También podemos observar que la flexibilidad
tiene un límite ético, no todo vale en la capacidad de adaptación.
La integridad, el respeto a los demás, deben ser compañeros de viaje de nuestra capacidad de adaptación.
Es fácil perder tu propia forma cuando uno anda adaptándose todo el día, es fácil perder el rumbo y hasta el alma por el camino. El coaching es una buena herramienta para que las cosas vuelvan a su sitio y el líder recobre su fortaleza.
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