Yo cambio. Una pequeña guía para nuestros cambios cotidianos

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  El cambio es una constante inevitable en la vida. Sin embargo, todos mostramos distintas formas de resistencia y gestionarlo a nivel personal puede ser un gran reto.  Ya sea un cambio de trabajo, una mudanza, una ruptura o incluso un cambio de mentalidad, pueden llevarse gran parte de nuestra energía, aunque también nos hacen más flexibles a los cambios que vendrán. Dentro de cada uno de nosotros existe un gran potencial de cambio, de transformación y de crecimiento.   1. ¿Por qué cambiar? Todo comienza por el reconocimiento de la necesidad. Necesitamos muchos cambios en nuestra vida, pero este proceso de transformación comienza con un momento de claridad. A veces la sensación de no avanzar, un evento que sacude tus creencias o simplemente una intuición interna, es lo que te hace tomar conciencia de tu necesidad de cambio. Escuchar esa voz es el primer paso hacia la evolución personal.   2. ¿Qué me pasa? Cambiar conlleva emociones de las que muchas vece...

Y miro...y sólo veo

"Y miro, y sólo veo
velocidad de vicio y de locura.
Todo eléctrico: todo de momento.
Nada serenidad, paz recogida.
Eléctrica la luz, la voz, el viento,
y eléctrica la vida.
Todo electricidad: todo presteza

eléctrica: la flor y la sonrisa,
el orden, la belleza,
la canción y la prisa"

Miguel Hernández


La verdad es que cuesta ver otra cosa, aunque existe una realidad calmada, tranquila, analógica aún, conectada con la naturaleza, que es lo que somos.

Es difícil encontrar un tiempo para la calma y un lugar para la confianza en el ser humano, pero vamos a creer que
existe.

¿Cómo no? Vamos a ponernos un propósito para este año que está aún desperezándose.

Pero por favor, sencillo.

Vamos a convertirnos en exploradores de esa otra realidad que existe:

  • La de los ritmos lentos y sin embargo certeros.
  • La de las personas que piensan y se dejan ser pensadas.
  • La de la sonrisa franca, la respuesta franca y la compañía leal.
  • La de la cordura en las decisiones, pensadas para no dañar a nada ni nadie.
  • La del equilibrio entre lo que lucho y lo que obtengo.
  • La de la mirada que ve más allá, siempre más allá, que ve todo el sistema y sus relaciones.

¿Nos ponemos a ello?

    1. ¿Primero ponte en posición de observar, esa que deja el juicio a un lado.
    2. Luego ponte en posición del otro, esa que te acerca a la empatía.
    3. A continuación, ponte en posición de acción, ¿qué puedes hacer?
    4. Por último, ponte en posición de apertura, puede ser que si y eso esperamos 


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