Un cuento de Navidad

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Hace años que me gusta enviar felicitaciones de Navidad por estas fechas, reconozco que la Navidad no es lo mío, no es una época que me haga especialmente feliz, quizá sea el frío (yo soy más de calor), o la luz (eso de que sea de noche a las 17:30 me descoloca), pero lo cierto es que no soy una persona especialmente navideña. Si que reconozco que es una época con un gran poder de conexión, nos conectamos más familiarmente, más allá de los regalos y las comidas navideñas, vemos y hablamos con personas con las que hace tiempo que no teníamos contacto.  También es una época de conexión con nuestros propios deseos, nuestros anhelos y nuestros propósitos, aunque luego queden en agua de borrajas . Hace unos 15 años, en uno de estos momentos de preparación de la Felicitación Navideña, se me ocurrió coger trocitos de lienzo, pintarlos y escribir una frase para enviárselos a mis clientes y amistades. Lo pasé bien, jugando con colores y brillos. Me costó encontrar la frase... Finalmente la ...

Conectados

Todo está conectado, alguna vez fuimos una célula, y eso no se olvida.
Alguna vez hemos encontrado a alguien que pensaba tan parecido a nosotros que nos hemos sobrecogido y emocionado, alguna vez hemos sentido conectar con alguien con una gran facilidad y nos ha sorprendido, alguna vez nos hemos identificado rápidamente con alguien, y sin darnos cuenta nuestros procesos mentales se han conectado, alguna vez nos hemos SINTONIZADO con alguien hasta el punto de movernos, pensar y hasta respirar parecido.
Nuestro cerebro aún se acuerda de cuando era tan solo polvo de estrellas, por eso se empeña por conectarnos con los otros a través de la imitación, nuestras neuronas espejo se encargan de identificar patrones y hacernos reaccionar como otros sin que nos demos cuenta siquiera. Y esto es porque en el fondo TODO ESTÁ CONECTADO, aunque nos empeñemos en sentirnos una especie única e inteligente, llevamos en nuestro la huella de milenios, construyendo con materiales de la naturaleza, dando forma a una pierna, a un diente...que antes fueron pata y colmillo.

No olvidemos que estamos conectados también a lo que destruimos y mientras nos destruimos con ello.

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