Ayer
me llevé una grata sorpresa durante uno de mis talleres de
formación, llevo muchos años utilizando el juego del “Dilema del
Prisionero” como herramienta para trabajar la reflexión sobre la
confianza y para entrenar habilidades de negociación. Es muy triste
que después de haber utilizado ese juego en distintos contextos
(empresas de distinto tipo, colectivos de distinto rango jerárquico
y cultural...) se reproduce siempre la estrategia Ganar-Perder que
acaba derivando a un Perder-Perder.
Para
quien no conozca el juego, se trata de un problema de tipo “suma no
nula”, en el que cada jugador debe escoger entre dos opciones, la
una puede llevar a la ganancia de ambos o a la pérdida de él solo,
la otra opción puede llevarle a la pérdida de ambos o a la ganancia
de él solo. Lo explico con esta tabla
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Jugador
1
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X
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Y
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Jugador
2
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A
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X-A
X
=+5
A
=+5
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Y-A
Y=+8
A=
-5
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B
|
X
– B
X=
- 5
B=
+8
|
Y-B
Y=-3
B=-3
|
En
este juego, solo la cooperación puede dar como resultado un
equilibrio entre la ganancia de los jugadores, al optar por una
estrategia de GANAR-GANAR.
Sin
embargo, la mayor parte de las veces, al poner en práctica este
juego, tanto entre individuos como entre equipos, suele suceder que
las primeras jugadas (el juego se realiza en una serie de partidas
entre las cuales hay momentos de negociación) se suele optar por una
estrategia de desconfianza basada en el “como no se lo que tú vas
a hacer y no me fío de ti, prefiero que perdamos los dos antes que
exponerme a perder más que tú”, es decir se opta por Y-B,
perdiendo ambos jugadores de manera que aquél que menos pierde tiene
la sensación de ser el ganador.
De
hecho, en gran parte de los casos, se llega a finalizar el ejercicio
con resultados negativos por parte de los dos jugadores, pero aquél
que obtiene una puntuación negativa menor se erige como ganador del
juego, ¿no es triste?, sobre todo cuando llevamos las conclusiones
de este juego a nuestro día a día: “desconfío de ti, no se cuál
será tu siguiente movimiento, aunque aparentes que vas a colaborar
no me fío, así que opto por hacer aquello que creo que tú harás,
hacer que pierdas”.
Lo peor de este juego para mí, es la forma en
que se digiere la traición: cuando una de las partes opta por
traicionar a la otra, y la otra no ha optado por ello sino que ha
aportado un valor positivo para lograr un trabajo de cooperación
,pongamos un X-B, en el que X pierde al optar por dar un valor de
confianza con la X, entonces los que han aportado el valor B, que han
mostrado su falta de confianza y cooperación, justifican este acto
de manera que se endurece su posición competitiva y hace muy difícil
volver a lograr la confianza de la otra parte.
Es
algo así como: “se que te he fallado, pero es por tu culpa, por
fiarte, además se trata de ganar y lo estoy haciendo bien”, es
curioso pero este argumento lo escuchamos frecuentemente en este
juego y también en la vida diaria.
Afortunadamente,
el juego cuenta con momentos de negociación, en los que se
reflexiona sobre el verdadero objetivo del juego (lograr el máximo
resultado positivo) y a veces se reconduce de manera que se logran
objetivos positivos por ambas partes.
Hay
mucho que analizar sobre el comportamiento humano en estas
situaciones, estoy pensando en hacer un monográfico en este blog
sobre el tema pues según escribo se me ocurren muchas situaciones
con las que esto tiene relación, pero también me gustaría, que los
lectores aportaseis vuestras experiencias en situaciones como esta.
Como
comentaba al principio de este post, ayer tuve una agradable sorpresa,
mientras realizaba una vez más esta dinámica en un curso en el que
tratábamos la importancia de la cooperación, quizá porque ya
llevábamos dos días juntos hablando del tema, los dos grupos que se
formaron para representar las dos partes en el juego, decidieron
desde la jugada 1 hasta la 13 cooperar, de manera que obtuvieron una
puntuación homogénea de principio a fin: X-A, X-A, X-A...
Quizá
fue más aburrido que otras veces, pero os aseguro que me produjo una
tremenda satisfacción.
Muy bueno, Montse. Ya lo conocía y,en efecto, son lamentables los resultados, incluso entre personas altruistas y concienciadas. Parece que hay una inercia individualista muy difícil de erradicar, porque está grabada, a fuego lento, en nuestro subconsciente.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog. No me lo pierdo!!
un beso
Deli
Gracias Deli, gracias por tus reflexiones, me encanta encontrarte por aquí. Espero que podamos compartir ideas en este espacio
EliminarUn fuerte abrazo
Muy bien explicado.
ResponderEliminarHola Raquel, me encanta que te asomes a este espacio para compartir. Un gran beso
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