Un cuento de Navidad

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Hace años que me gusta enviar felicitaciones de Navidad por estas fechas, reconozco que la Navidad no es lo mío, no es una época que me haga especialmente feliz, quizá sea el frío (yo soy más de calor), o la luz (eso de que sea de noche a las 17:30 me descoloca), pero lo cierto es que no soy una persona especialmente navideña. Si que reconozco que es una época con un gran poder de conexión, nos conectamos más familiarmente, más allá de los regalos y las comidas navideñas, vemos y hablamos con personas con las que hace tiempo que no teníamos contacto.  También es una época de conexión con nuestros propios deseos, nuestros anhelos y nuestros propósitos, aunque luego queden en agua de borrajas . Hace unos 15 años, en uno de estos momentos de preparación de la Felicitación Navideña, se me ocurrió coger trocitos de lienzo, pintarlos y escribir una frase para enviárselos a mis clientes y amistades. Lo pasé bien, jugando con colores y brillos. Me costó encontrar la frase... Finalmente la ...

El dilema del prisionero: ¿cosas de la naturaleza humana?


Ayer me llevé una grata sorpresa durante uno de mis talleres de formación, llevo muchos años utilizando el juego del “Dilema del Prisionero” como herramienta para trabajar la reflexión sobre la confianza y para entrenar habilidades de negociación. Es muy triste que después de haber utilizado ese juego en distintos contextos (empresas de distinto tipo, colectivos de distinto rango jerárquico y cultural...) se reproduce siempre la estrategia Ganar-Perder que acaba derivando a un Perder-Perder.

Para quien no conozca el juego, se trata de un problema de tipo “suma no nula”, en el que cada jugador debe escoger entre dos opciones, la una puede llevar a la ganancia de ambos o a la pérdida de él solo, la otra opción puede llevarle a la pérdida de ambos o a la ganancia de él solo. Lo explico con esta tabla



Jugador 1
X
Y




Jugador 2
A
X-A

X =+5
A =+5

Y-A

Y=+8
A= -5
B
X – B

X= - 5
B= +8

Y-B

Y=-3
B=-3



En este juego, solo la cooperación puede dar como resultado un equilibrio entre la ganancia de los jugadores, al optar por una estrategia de GANAR-GANAR.

Sin embargo, la mayor parte de las veces, al poner en práctica este juego, tanto entre individuos como entre equipos, suele suceder que las primeras jugadas (el juego se realiza en una serie de partidas entre las cuales hay momentos de negociación) se suele optar por una estrategia de desconfianza basada en el “como no se lo que tú vas a hacer y no me fío de ti, prefiero que perdamos los dos antes que exponerme a perder más que tú”, es decir se opta por Y-B, perdiendo ambos jugadores de manera que aquél que menos pierde tiene la sensación de ser el ganador.

De hecho, en gran parte de los casos, se llega a finalizar el ejercicio con resultados negativos por parte de los dos jugadores, pero aquél que obtiene una puntuación negativa menor se erige como ganador del juego, ¿no es triste?, sobre todo cuando llevamos las conclusiones de este juego a nuestro día a día: “desconfío de ti, no se cuál será tu siguiente movimiento, aunque aparentes que vas a colaborar no me fío, así que opto por hacer aquello que creo que tú harás, hacer que pierdas”. 

Lo peor de este juego para mí, es la forma en que se digiere la traición: cuando una de las partes opta por traicionar a la otra, y la otra no ha optado por ello sino que ha aportado un valor positivo para lograr un trabajo de cooperación ,pongamos un X-B, en el que X pierde al optar por dar un valor de confianza con la X, entonces los que han aportado el valor B, que han mostrado su falta de confianza y cooperación, justifican este acto de manera que se endurece su posición competitiva y hace muy difícil volver a lograr la confianza de la otra parte.

Es algo así como: “se que te he fallado, pero es por tu culpa, por fiarte, además se trata de ganar y lo estoy haciendo bien”, es curioso pero este argumento lo escuchamos frecuentemente en este juego y también en la vida diaria.

Afortunadamente, el juego cuenta con momentos de negociación, en los que se reflexiona sobre el verdadero objetivo del juego (lograr el máximo resultado positivo) y a veces se reconduce de manera que se logran objetivos positivos por ambas partes.
Hay mucho que analizar sobre el comportamiento humano en estas situaciones, estoy pensando en hacer un monográfico en este blog sobre el tema pues según escribo se me ocurren muchas situaciones con las que esto tiene relación, pero también me gustaría, que los lectores aportaseis vuestras experiencias en situaciones como esta.



Como comentaba al principio de este post, ayer tuve una agradable sorpresa, mientras realizaba una vez más esta dinámica en un curso en el que tratábamos la importancia de la cooperación, quizá porque ya llevábamos dos días juntos hablando del tema, los dos grupos que se formaron para representar las dos partes en el juego, decidieron desde la jugada 1 hasta la 13 cooperar, de manera que obtuvieron una puntuación homogénea de principio a fin: X-A, X-A, X-A...

Quizá fue más aburrido que otras veces, pero os aseguro que me produjo una tremenda satisfacción.



Comentarios

  1. Muy bueno, Montse. Ya lo conocía y,en efecto, son lamentables los resultados, incluso entre personas altruistas y concienciadas. Parece que hay una inercia individualista muy difícil de erradicar, porque está grabada, a fuego lento, en nuestro subconsciente.
    Enhorabuena por tu blog. No me lo pierdo!!
    un beso
    Deli

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    1. Gracias Deli, gracias por tus reflexiones, me encanta encontrarte por aquí. Espero que podamos compartir ideas en este espacio
      Un fuerte abrazo

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  2. Respuestas
    1. Hola Raquel, me encanta que te asomes a este espacio para compartir. Un gran beso

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